martedì 28 maggio 2024

Agradecimientos

 

Hace meses que llevo escribiéndome con las primas y los primos cubanos, que son muchos. Pues Mariano Defaus Moragas tuvo dos varones y tres chicas, que engendraron bastantes hijos, quienes a su vez tuvieron larga descendencia. Ahora algunos de ellos viven en Estados Unidos, pero la mayor parte habita en Cuba y desgraciadamente por la actual situación política no pueden salir del país.

Poco a poco he ido recogiendo informaciones y recuerdos de la vida de Mariano, que me han llegado a través de Gilberto, Mariana y Zenaida, sus único nietos que aún están vivos y de sus innumerables bisnietos, Lidia, Elena, Emilio, Idania, Nelida, Felicita, Mariela, Osvaldo, Juan y otros. Cada uno de los primos cubanos me ha ido contando relatos que sus antepasados les habían transmitido verbalmente. Les debo dar las gracias a todos, cada uno ha contribuido de forma especial: Lilién, la hija de Lidia, fue quien realmente inició la búsqueda y nunca se rindió ante las dificultades, Idania, traduciendo al inglés los capítulos que le envié a Estados Unidos, donde vive desde hace algunos años, Osvaldo, que emigró a Florida, ha tenido la fuerza y el entusiasmo de cruzar el Atlántico, ha sido el primer descendiente de Mariano que ha pisado el pueblo de su bisabuelo, el 25 de mayo de 2024, las primas catalanas le recibieron y organizaron un emotivo e inolvidable encuentro con él y su familia... me detendré porque no tendría espacio suficiente para enumerar las magníficas aportaciones de cada uno.

La primas cubanas hacía tiempo que se estaban moviendo para lograr demostrar que tenían un antepasado catalán, de este manera podrían pedir la ciudadanía española, pero me gusta pensar que también lo hacían porque Mariano les hizo prometer a sus hijos que algún día ellos, o sus nietos, irían a Malgrat a buscar a la familia de la que habían salido.

Ya os he contado la gran desilusión que tuvo Maria Teresa Gibert, una voluntaria del grupo Amics del Arxiu de Malgrat, descubriendo que todos los libros del registro eclesiástico fueron quemados durante la guerra civil, entonces en lugar de desanimarse se puso en contacto la diócesis de Girona para encontrar el certificado de la confirmación de Mariano. Mossen Salvador de Malgrat le ayudó en sus pesquisas, a él también le agradezco su colaboración. Esa mujer hizo una cosa maravillosa y altruista: se desplazó, preguntó, exigió, buscó y sacó los documentos para que las primas cubanas obtuvieran el pasaporte español. Ella además me ha proporcionado cantidad de datos y documentos del archivo de Malgrat para reconstruir la historia de la familia Defaus y la vida, costumbres y acontecimientos más importantes de los habitantes de Malgrat a finales del siglo XIX, pero sobre todo me ha dado mucha energía positiva para seguir investigando.

Mi hermana, Carmen Privat, y los primos catalanes, M. Rosa Comas, Jordi Defaus y las hermanas, Teresa y Montse Verdaguer, también me ayudaron; Montse me facilitó una citación del Juzgado de Arenys.

Francesc de Sales Pla, descendiente sea de los farmacéuticos Sarrá que de uno de los hermanos Prats de Malgrat, citados en la historia, me ha facilitado mucho material de las dos ramas de su familia relacionadas con Cuba.

También tengo que agradecerle su entusiasmo y su ayuda a Gina Muñoz, mi amiga de toda la vida, que además de ser mi primera lectora y darme ánimos, ella junto a su marido, Jaume Adán, se dedicó largas horas a buscar material en el archivo de Mataró, ciudad donde ellos viven.

Por último quiero dar las gracias a quienes leyeron los primeros borradores de esta historia, especialmente a Grazia Rossi, mi profesora de escritura y a Patrizia Fabbri, mi cuñada, que me ayudó a corregirlo y por supuesto a quienes me animaron a seguir escribiendo.








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