sabato 21 marzo 2020

Tiempo de espera ( 1) 14 de marzo




Hoy, viernes 14/3/20, es el noveno día que no voy a trabajar y el cuarto que no salgo de casa tras las indicaciones restrictivas del gobierno, debido a la gran propagación de la infección del corona  virus en Italia

Cada mañana, cuando me levanto, solo tengo una cosa en la cabeza, a diferencia de antes, que tenía mil. Sin embargo los primeros tiempos en que no iba a la escuela, pensaba sin cesar en mis alumnos; los días iban pasando deprisa, conectándome constantemente con ellos, preparando clases y enviándoles material didáctico y luego corrigiendo sus tareas.

Durante el primer fin de semana de espera, salí a pasear por la senda que corre a orillas del río Arno. Necesitaba estar en contacto con la naturaleza y ver a otras personas que hacían deporte, incluso si estaban lejos de mí. De vez en cuando encontraba a algunos jóvenes que mientras corrían hablaban chillando y reían, su risa demostraba que no tenían miedo de nada. Desde el martes 10 de marzo estamos confinados en casa, solo salimos para hacer compras. Sin poder ir a caminar me he propuesto hacer ejercicios físicos en la sala de estar dos o tres veces por semana.
Ayer pasé casi toda la mañana con mi pareja, me gustó quedarme en la cama con él, sin prisas para levantarnos.
Hasta hoy, las pequeñas compras realizadas en el mercado de San Ambrogio han sido suficientes, pero esta mañana, dado que nos faltaban demasiadas cosas, como papel higiénico, leche y jabón para la lavadora, he salido para ir comprar al supermercado. He dejado la bicicleta en frente de la tienda y en el quisco justo al lado de la tienda, he comprado el periódico, que la mano de una chica con mascarilla me ha entregado. He visto una cola larga que se había formado a lo largo de la acera, frente a la puerta y me he puesto al final. La distancia que había entre cada uno era más de un metro. Nos han ido dejando entrar poco a poco. Al principio he pensado que tendría que esperar mucho tiempo, pero en realidad la cola se ha ido moviendo rápidamente. La mayoría de de la gente llevaba máscaras y guantes, muchos tenían un aspecto sospechoso, pero tal vez simplemente estaban asustados.

Después del almuerzo, he pensado en mi hijo y en otros amigos, familiares o conocidos que son mucho más activos que yo, los que sufren cuando tienen que quedarse en casa días enteros, tal vez por eso he comenzado a escribir este especie de decálogo sobre cómo podríamos pasar nuestros días encerrados en la casa.
He aquí algunas cosas que hacer:

Dormir más, despertémonos lentamente
El silencio de la ciudad nos ayudará a conciliar el sueño, y sin demasiados compromisos y citas quizás podamos dormir mejor, pero ¿Por qué levantarse al amanecer? Intentamos no abrir los ojos de inmediato, sin embargo una vez despiertos quedémonos un poco en la cama. Sé que esto será difícil para las personas madrugadoras, las alondras y más fácil para las trasnochadores, las lechuzas.
Por la mañana, podemos tomar un rico desayuno con calma, escuchando la radio y hablando con los que están a nuestro lado.

Encender la radio o la televisión
Escuchemos las noticias de la radio o de la televisión, pero no exageramos, no hacen nada más que hablar de emergencia y esto aumenta nuestra ansiedad (sería suficiente dos veces al día). Escuchemos programas culturales. Hay una aplicación ( móvil o PC ) para escuchar todas las radios del mundo (radio. Garden / live). Para los amantes del cine, afortunadamente algunos canales de televisión han mejorado la programación. Dan muchas películas, series de televisión y dibujos animados. Si, por otro lado, queremos usar uno de los servicios streaming, por ejemplo Netflix, Infinity o Primevideo , encontraremos películas y series originales que no están nada mal. Seguro que en la web, encontraremos algo interesante.

Hacer gimnasia en casa.
Sería útil hacer algunos ejercicios físicos en casa. Con una colchoneta podemos hacer ejercicios simples de calentamiento (en el web hay muchos videos de monitores que dan clases de gimnasia suave o de postura). Luego intentar hacer abdominales y otros ejercicios más fuertes. Si tenemos en casa pesos, hagamos ejercicios para bíceps, tríceps, hombros, espalda y pecho. En la web también encontraremos clases de yoga y de relajación.

Buscar en nuestra biblioteca un libro al azar
Ciertamente tenemos algunos libros olvidados en nuestra biblioteca que nunca hemos leído. Por lo general, los libros se apilan en la mesita de noche o en los estantes acumulando polvo, podemos coger uno y leerlo. Lo mismo para libros ilustrados o cómics. Sería muy útil tener un e-reader, para poder comprar libros electrónicos, por ejemplo en Amazon u otras librerías on-line, cuestan poco. No olvidemos los audiolibros que Rai 3 ofrece de forma gratuita en el programa en voz alta. Podemos escuchar docenas de novelas.

Descubrir el placer de cocinar y comer juntos
En este período de emergencia, aún podemos ir de compras al mercado o supermercados, así que tenemos a nuestra disposición toda la comida que queramos. Ya que pasaremos días enteros en casa, tendremos mucho tiempo para ponernos en la cocina, entonces, qué mejor oportunidad para probar las recetas que más nos gustan. Todas las noches hagamos como si estuviéramos esperando invitados: un bonito mantel, un poco de vino y velas en la mesa. La atmósfera íntima nos permitirá hablar y comunicarnos más con nuestro compañero-a o nuestra familia.


Hablar con amigos o familiares.
Pensemos en cómo habría sido una cuarentena en el siglo pasado, antes de Internet, antes de las redes sociales. Ahora con los móviles, tabletas y ordenadores, tenemos mucha suerte. Todos los días que pasamos encerrados en casa, sin ver ni hablar con nadie, nos estamos dando cuenta de lo importante que es tener amigos y estar con ellos. Así que tomemos el teléfono, el móvil o el ordenador y hablemos con nuestros seres queridos.

Jugar
Los juegos de mesa son un remedio muy bueno para pasar el tiempo. Todos son muy entretenidos, desde el ajedrez, las damas o el parchís, hasta los juegos más modernos como el Monopoli o el Cluedo.
Seguro que en nuestras casas tenemos una baraja de cartas o fichas de domino, ideales para dos jugadores.

Ordenar nuestras cosas
Sería una buena idea limpiar la casa, sacar el polvo de una habitación lentamente, pero no exageremos, solo un poquito cada día. Al poner en orden objetos, fotografías o libros, descubriremos muchas cosas olvidadas y también podremos compartirlas con amigos y familiares. Pensemos en lo mucho que nos gusta a nosotros recibir una fotografía antigua a través del móvil.

Escribir cartas
Ya que las oficinas de correos y los estancos siguen abiertos, cuando salgamos de compras no dejemos de comprar sellos y sobres para escribir cartas a amigos. Casi nos hemos olvidado de escribir a mano, deberíamos seguir escribiendo cartas, es bueno para nosotros y para quienes las reciben. De lo contrario, podemos enviar un correo electrónico.

Empezar un diario
Busquemos un cuaderno y un bolígrafo (una pluma estilográfica sería mejor) y comencemos a escribir sobre nuestros días lentos. También podemos escribir en el ordenador, si lo preferimos. Aunque no sea cada día, escribamos al menos una vez por semana. Podrían pasarnos por la cabeza nuevas ideas, o proyectos artísticos o de de trabajo. ¿Quién sabe?

y otras cosas, como:
escuchar música sentados en el sofá,
leer un poema en voz alta,
reanudar el estudio de un idioma u otras cosas dejadas de lado,
hacer trabajos manuales, como tejer o hacer punto de cruz,
hacer jardinería, para a las personas afortunadas que tienen un jardín o una terraza,
relajarse encendiendo una varita de incienso con una suave música de fondo,
ayudar a los vecinos o amigos que no pueden salir
y muchas cosas más que en estos días de espera quizás descubramos.









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