
Hoy, viernes 14/3/20, es el noveno día que no voy a trabajar y el cuarto que no salgo de casa tras las indicaciones restrictivas del gobierno, debido a la gran propagación de la infección del corona virus en Italia
Cada
mañana, cuando me levanto, solo tengo una cosa en la cabeza, a
diferencia de antes, que tenía mil. Sin embargo los primeros
tiempos en que no iba a la escuela, pensaba sin cesar en mis
alumnos; los días iban pasando deprisa, conectándome
constantemente con ellos, preparando clases y enviándoles
material didáctico y luego corrigiendo sus tareas.
Durante
el primer fin de semana de espera, salí a pasear por la senda que
corre a orillas del río Arno. Necesitaba estar en contacto con la
naturaleza y ver a otras personas que hacían deporte, incluso si
estaban lejos de mí. De vez en cuando encontraba a algunos jóvenes
que mientras corrían hablaban chillando y reían, su risa
demostraba que no tenían miedo de nada. Desde el martes 10 de marzo
estamos confinados en casa, solo salimos para hacer compras. Sin
poder ir a caminar me he propuesto hacer ejercicios físicos en la
sala de estar dos o tres veces por semana.
Ayer
pasé casi toda la mañana con mi pareja, me gustó quedarme en la
cama con él, sin prisas para levantarnos.
Hasta
hoy, las pequeñas compras realizadas en el mercado de San Ambrogio
han sido suficientes, pero esta mañana, dado que nos faltaban
demasiadas cosas, como papel higiénico, leche y jabón para la
lavadora, he salido para ir comprar al supermercado. He dejado
la bicicleta en frente de la tienda y en el quisco justo al lado de
la tienda, he comprado el periódico, que la mano de una chica con
mascarilla me ha entregado. He visto una cola larga que se había
formado a lo largo de la acera, frente a la puerta y me he puesto al
final. La distancia que había entre cada uno era más de un metro.
Nos han ido dejando entrar poco a poco. Al principio he pensado
que tendría que esperar mucho tiempo, pero en realidad la cola se
ha ido moviendo rápidamente. La mayoría de de la gente llevaba
máscaras y guantes, muchos tenían un aspecto sospechoso, pero tal
vez simplemente estaban asustados.
Después
del almuerzo, he pensado en mi hijo y en otros amigos, familiares o
conocidos que son mucho más activos que yo, los que sufren cuando
tienen que quedarse en casa días enteros, tal vez por eso he
comenzado a escribir este especie de decálogo sobre cómo podríamos
pasar nuestros días encerrados en la casa.
He
aquí algunas cosas que hacer:
Dormir
más, despertémonos
lentamente
El
silencio de la ciudad nos ayudará a conciliar el sueño, y sin
demasiados compromisos y citas quizás podamos dormir mejor, pero
¿Por qué levantarse al amanecer? Intentamos no abrir los ojos de
inmediato, sin embargo una vez despiertos quedémonos un poco en la
cama. Sé que esto será difícil para las personas madrugadoras, las
alondras y más fácil para las trasnochadores, las
lechuzas.
Por
la mañana, podemos tomar un rico desayuno con calma, escuchando la
radio y hablando con los que están a nuestro lado.
Encender
la radio o la televisión
Escuchemos
las noticias de la radio
o de
la televisión, pero no
exageramos, no hacen nada más que hablar de emergencia y esto
aumenta nuestra ansiedad (sería suficiente dos
veces al día). Escuchemos
programas culturales. Hay
una aplicación (
móvil o
PC ) para
escuchar todas las radios del mundo (radio. Garden / live). Para los
amantes del cine, afortunadamente algunos
canales
de televisión han mejorado la
programación. Dan
muchas películas, series de televisión y dibujos animados. Si, por
otro lado, queremos usar uno de los servicios streaming,
por ejemplo Netflix, Infinity
o
Primevideo , encontraremos películas y series originales que no
están nada mal. Seguro
que en la web,
encontraremos algo interesante.
Hacer
gimnasia en casa.
Sería
útil hacer algunos ejercicios físicos en casa. Con
una
colchoneta
podemos
hacer
ejercicios simples de calentamiento (en
el web hay muchos videos de monitores que dan clases de gimnasia
suave o
de postura).
Luego
intentar
hacer abdominales y otros ejercicios más fuertes. Si tenemos
en
casa
pesos,
hagamos
ejercicios para bíceps, tríceps, hombros, espalda y pecho. En la
web también encontraremos clases de yoga y de
relajación.
Buscar
en nuestra biblioteca un libro al azar
Ciertamente
tenemos algunos libros olvidados en nuestra biblioteca que nunca
hemos leído. Por lo general, los libros se apilan en la mesita de
noche o en los estantes acumulando polvo, podemos coger uno y
leerlo. Lo mismo para libros ilustrados o cómics. Sería muy útil
tener un e-reader, para poder comprar libros electrónicos, por
ejemplo en Amazon u otras librerías on-line, cuestan poco. No
olvidemos los audiolibros que Rai 3 ofrece de forma gratuita en el
programa en voz alta. Podemos escuchar docenas de novelas.
Descubrir
el placer de cocinar y comer juntos
En
este período de emergencia, aún podemos ir de compras al mercado o
supermercados, así que tenemos a nuestra disposición toda la
comida que queramos. Ya que pasaremos días enteros en casa,
tendremos mucho tiempo para ponernos en la cocina, entonces, qué
mejor oportunidad para probar las recetas que más nos gustan. Todas
las noches hagamos como si estuviéramos esperando invitados: un
bonito mantel, un poco de vino y velas en la mesa. La atmósfera
íntima nos permitirá hablar y comunicarnos más con nuestro
compañero-a o nuestra familia.
Hablar
con amigos o familiares.
Pensemos
en cómo habría sido una cuarentena en el siglo pasado, antes de
Internet, antes de las redes sociales. Ahora con los móviles,
tabletas y ordenadores, tenemos mucha suerte. Todos los días que
pasamos encerrados en casa, sin ver ni hablar con nadie, nos
estamos dando cuenta de lo importante que es tener amigos y estar
con ellos. Así que tomemos el teléfono, el móvil o el ordenador
y hablemos con nuestros seres queridos.
Jugar
Los
juegos de mesa son un remedio muy bueno para pasar el tiempo. Todos
son muy entretenidos, desde el ajedrez, las damas o el parchís,
hasta los juegos más modernos como el Monopoli o el Cluedo.
Seguro
que en nuestras casas tenemos una baraja de cartas o fichas de
domino, ideales para dos jugadores.
Ordenar
nuestras cosas
Sería
una buena idea limpiar la casa, sacar el polvo de una habitación
lentamente, pero no exageremos, solo un poquito cada día. Al poner
en orden objetos, fotografías o libros, descubriremos muchas cosas
olvidadas y también podremos compartirlas con amigos y familiares.
Pensemos en lo mucho que nos gusta a nosotros recibir una
fotografía antigua a través del móvil.
Escribir
cartas
Ya
que las oficinas de correos y los estancos siguen abiertos, cuando
salgamos de compras no dejemos de comprar sellos y sobres para
escribir cartas a amigos. Casi nos hemos olvidado de escribir a
mano, deberíamos seguir escribiendo cartas, es bueno para nosotros y
para quienes las reciben. De lo contrario, podemos enviar un correo
electrónico.
Empezar
un diario
Busquemos
un
cuaderno y un bolígrafo
(una pluma estilográfica sería mejor) y comencemos
a escribir sobre nuestros días lentos. También podemos escribir
en el
ordenador,
si
lo preferimos. Aunque
no sea cada día, escribamos al menos una vez por semana.
Podrían
pasarnos
por la cabeza
nuevas ideas, o
proyectos artísticos o
de
de trabajo. ¿Quién sabe?
y
otras cosas, como:
escuchar
música sentados en el sofá,
leer
un poema en voz alta,
reanudar
el estudio de un idioma u otras cosas dejadas de lado,
hacer
trabajos manuales, como tejer o hacer punto de cruz,
hacer
jardinería, para a las personas afortunadas que tienen un jardín o
una terraza,
relajarse
encendiendo una varita de incienso con una suave música de fondo,
ayudar
a los vecinos o amigos que no pueden salir
y
muchas cosas más que en estos días de espera quizás descubramos.
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